Sol y sombras de la fotografía moderna mexicana: Manuel Álvarez Bravo, Agustín Jiménez y Luis Márquez

Ernesto Peñaloza Méndez
Sección de Catalogación del Archivo Fotográfico Manuel Toussaint


 

“Perfeccionado el ojo por la exacta visión del
instrumento, quedaban abiertos a la
sensibilidad nuevos caminos:
Cuando los ojos venlo que nunca vieron,
el corazón siente lo que nunca sintió…”

Manuel Álvarez Bravo



Durante las décadas de los años veinte y treinta se desarrolla lo que ahora conocemos como vanguardia histórica de la fotografía mexicana, caracterizada por incorporar al universo visual elementos y objetos que anteriormente no interesaban a los artistas, o por reinterpretar géneros tradicionales tratados por la fotografía, como el retrato, el paisaje, la arquitectura, los tipos populares, las luchas sociales y la vida cotidiana.

Las composiciones abstractas, el extrañamiento, el puro interés por las texturas, por los reflejos, las sombras y las altas luces, así como el uso de diagonales, distorsiones, repeticiones y puntos de fuga se incorporan al discurso de los fotógrafos. Con ello muchas de las imágenes que se produjeron en esta época y en esta línea vanguardista elevaron a la fotografía mexicana a un plano internacional.


Ensueño, Manuel Álvarez Bravo, 1931


En este periodo la fotografía mexicana se renueva -al igual que las otras artes- con figuras como Manuel y Lola Álvarez Bravo, Emilio Amero, Raúl Estrada Discua, Arturo González Ruiseco, Agustín Jiménez, Eugenia Aurora Latapí, Luis Márquez Romay, Jesús Torres Palomar, entre otros. Ellos partieron de una tradición y de la ruptura con ésta. Además de retro alimentarse, e incluso influir, en el trabajo de fotógrafos como Edward Weston, Tina Modotti, Sergei Eisenstein, Paul Strand, Henri Cartier-Bresson y tantos otros creadores extranjeros que transitaron por México, atraídos por un ambiente propicio y renovador, a caballo entre una cultura ancestral e indígena y la aplicación original de impulsos vanguardista en boga en las artes de Europa y los Estados Unidos. Manuel Álvarez Bravo fue el sol de esta generación de fotógrafos que renovaron radicalmente su quehacer creativo, mientras que la mayoría de los otros miembros fueron quedando en las sombras del olvido.

Desnudo, Agustín Jiménez, c. 1929


Para la realización de la exposición que aquí se comenta, la selección Manuel Álvarez Bravo, Agustín Jiménez y Luis Márquez, se debe a que existen varios puntos concordantes, encuentros e influencias comunes, sobre todo al inicio de su carrera profesional y durante la consolidación de sus estilos personales, esto es a finales de los años veinte y durante la primera mitad de la década de los años treinta. Los tres trabajaron para la Secretaría de Educación Pública y mostraron sus imágenes en las mismas revistas y periódicos de la época como Mexican Folkways, Revistade Revistas, Nuestro México, Todo, El Universal Ilustrado y Excélsior. También coincidieron en 1929 en la exposición colectiva del escultor Guillermo Toussaint y once fotógrafos en la Galería de Arte Moderno, ubicada en el Teatro Nacional. Junto con Emilio Amero, expusieron en el Campo Civil de Aviación, en una muestra organizada por el Departamento de Bellas Artes de la SEP en 1931. Dos años después, en 1933, los tres realizaron las fotografías para ilustrar el libro Escuelas Primarias de la Secretaría de Educación Pública. Por último, otro rasgo en común fue su interés por el cine en donde participaron como stillman o fotógrafos de fijas.
Una primera versión de esta muestra se presentó en el Instituto de México en París, en el contexto del Mes de la fotografía 2010, aunque para su versión en el Antiguo Colegio de San Ildefonso, y como parte de Foto Septiembre 2011, se amplia en el número de fotografías expuestas y se incorpora un video con material complementario.
La propuesta se conforma por 75 fotografías -veinticinco por autor- realizadas entre los años de 1925 y 1950. La mayoría de las imágenes son vintages o impresiones de época, pertenecientes a las colecciones del Museo de Arte Moderno, Instituto de Investigaciones Estéticas de la UNAM, Universidad del Claustro de Sor Juana, Archivo Agustín Jiménez, Asociación Manuel Álvarez Bravo, Galería Windsor y de los coleccionistas privados Carlos Córdova y de la familia González Rendón.

 

Espiral, Luis Márquez Romay, 1932

La exposición Sol y sombras de la fotografía moderna mexicana: Manuel Álvarez Bravo, Agustín Jiménez y Luis Márquez, busca establecer un diálogo visual entre las imágenes de estos creadores y mostrar así, tanto el tratamiento de temas comunes y las coincidencias de forma como las singularidades estéticas que los sitúan, de manera destacada, en la cultura post-revolucionaria de México.


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