En el Istmo de Tehuantepec, Oaxaca, al sureste de México, se ubican diversos sitios de arte rupestre. Uno de ellos es la zona arqueológica La Ba’cuana, un lugar con pinturas rupestres de la cultura zapoteca cuyas manifestaciones más antiguas datan de la época prehispánica y son similares en iconografía y estilo a los códices Mixteca-Puebla.
Como parte de la extensa riqueza cultural y artística de la región conocida como Huasteca hidalguense, se encuentra el arte rupestre. Constituido, en suma, por motivos grabados en rocas, dicha manifestación cultural ha sido poco estudiada y prácticamente no existen trabajos de registro que permitan hacer una valoración de su importancia en la zona.
El arte rupestre centroamericano ha sido reportado en distintas publicaciones, por lo menos desde el siglo XIX, sin embargo aún son pocos los registros y análisis sistemáticos realizados hasta la actualidad (Squier 1972 [1852]: 320, 355-356, Barberena 1889).